La manipulación del cuentakilómetros es una práctica ilegal muy extendida que consiste en reducir el número de kilómetros de un vehículo, con el fin de incrementar su precio en el mercado de segunda mano. Esta práctica irregular es especialmente preocupante en el comercio transfronterizo, ya que no existe una cooperación efectiva entre países para llevar a cabo un intercambio de información que pueda atajar el problema. Por este motivo, el Parlamento Europeo ha elaborado un exhaustivo informe en el que propone algunas soluciones para terminar con esta práctica fraudulenta, entre ellas, la tecnología blockchain.
El problema del fraude de los cuentakilómetros afecta a los usuarios. En primer lugar, por las consecuencias financieras que provoca. Solo en la Unión Europea, las autoridades estiman que las pérdidas resultantes de esta práctica ascenderían a varios miles de millones de euros cada año. Pero además, y no menos importante, es un problema con profundas repercusiones negativas sobre la seguridad de los usuarios y sobre el medioambiente.
Un problema a escala europea
En 2014 se abordó por primera vez este problema a escala europea. Se estableció un paquete de medidas que, bajo el título “Control Técnico”, instaba a los Estados miembros a recoger y registrar el kilometraje de los vehículos en cada Inspección Técnica de Vehículos (ITV). Y así se está haciendo. Sin embargo, tal y como recoge la legislación, la primera de estas inspecciones se realiza a los cuatro años de la compra del coche, por lo que existe un periodo bastante amplio de tiempo en el que no existen datos registrados, lo que es aprovechado por algunas personas, sobre todo aquellas que usan el coche de manera intensiva, para manipular el cuentakilómetros a la baja antes de pasar la primera ITV.
En junio del año pasado entró en vigor el Reglamento (UE) 2017/1151, que exige a los fabricantes de automóviles que impidan, de manera eficaz, la reprogramación de valores de lectura de los cuentakilómetros. Sin embargo, en la práctica, han ido apareciendo en el mercado nuevos dispositivos que permiten burlar la protección de los fabricantes y que se pueden encontrar en Internet por muy poco dinero.
Algunos Estados miembros también han introducido medidas suplementarias para ayudar en esta lucha. Bélgica puso en marcha el sistema “Car-Pass”, que ha contribuido de manera eficaz a terminar con la manipulación, fundamentalmente en su mercado interior, donde esta práctica ilegal ha quedado reducida a apenas un 0,2%. Y Holanda puso en marcha el “Nationale Autopas” (NAP), que también ha logrado reducir el fraude hasta el 1% en el mercado interior. Es más, estos dos países han establecido un sistema de intercambio de datos basado en sus dos sistemas para controlar el fraude en las operaciones de compra-venta que se producen entre ambos mercados. E inspirado en estas experiencias, Eslovaquia ha adoptado una nueva legislación que está previsto que entre en vigor este mes de marzo.
Fuera de la Unión Europea, países como Estados Unidos, Japón o Nueva Zelanda han dejado este problema en manos de los fabricantes, quienes han lanzado iniciativas para luchar contra el fraude. Estas medidas están dirigidas a proporcionar un informe histórico del vehículo a todos aquellos usuarios que deseen adquirirlo.
Nuevas tecnologías para evitar el fraude de los cuentakilómetros
Según los expertos, las nuevas tecnologías disponibles en el mercado podrían convertirse en grandes aliadas para luchar contra este tipo de fraudes, empezando por una de las más mencionadas en los últimos tiempos: el blockchain.
Pero, ¿qué es el blockchain? Se trata de un conjunto de tecnologías que, combinadas, hacen posible que ordenadores y otros dispositivos puedan gestionar su información compartiendo un registro distribuido, descentralizado y sincronizado entre todos ellos, en lugar de utilizar las tradicionales bases de datos. La característica más importante de esta tecnología es que la información se transmite y se guarda de un modo extremadamente seguro, ya que utiliza criptografía. Y no solo eso sino que no permite su alteración, o lo que es lo mismo, no se puede rehacer ni reescribir lo que ya se ha registrado. En otras palabras, el blockchain impide se pueda falsear la información registrada.
Teniendo en cuesta este dato, su aplicación a la lucha contra el fraude en la manipulación de los cuentakilómetros puede arrojar buenos resultados, ya que permitiría un acceso más transparente a las cifras de kilometraje de los vehículos y, al mismo tiempo, cubriría dos temas sensibles: la confidencialidad de los datos y la frecuencia de registro de los mismos.
Algunos de los sistemas mencionados, como el Car-Pass belga, han sido criticados porque no garantizan un alto nivel de protección al propietario de los datos, lo que supone un grave inconveniente en países con leyes muy estrictas en cuanto a la protección de la vida privada (por ejemplo, Alemania). Asimismo, son sistemas que se enfrentan al inconveniente de que los datos solo son registrados cuando se realizan las inspecciones técnicas de vehículos, por lo que quedan periodos de tiempo sin registros. La aplicación de la tecnología blockchain propuesta por ingenieros automovilísticos y por la industria electrónica permitiría la descarga de datos kilométricos a través del sistema GPS de los vehículos, manteniéndolos completamente seguros en una especie de “diario de a bordo numérico”, protegidos criptográficamente y completamente garantizados. La frecuencia del registro de datos en el sistema podría ir variando en función de las necesidades. Además, esta tecnología permitiría facilitar la certificación de los datos y estaría apoyada por el desarrollo del concepto de vehículos conectados, de tal modo que cualquier dato del automóvil podría consultarse desde cualquier lugar. En esta infografía realizada por Bosch para el informe del Parlamento Europeo puede verse, de manera gráfica, su funcionamiento:
Certiauto como garantía
Aunque no esté implementada aún la tecnología blockchain, existe otra manera de garantizar el estado del vehículo de ocasión (VO) que vamos a adquirir: a través de un certificado independiente como Certiauto, de CYSDA. Se trata de un servicio ampliamente reconocido que consiste en la certificación independiente de acuerdo a unos estándares de calidad universalmente reconocidos. Certiauto fue pionero ene l mercado cuando se lanzó en 2003 y, en la actualidad, es la certificación líder del mercado por su integridad, profesionalidad e independencia.
Los técnicos de CYSDA comprueban el correcto funcionamiento y fiabilidad del vehículo, a través de la revisión de 120 puntos del mismo, tanto mecánicos, como eléctricos, electrónicos y de carrocería. El servicio está disponible tanto para particulares como para empresas y es la mejor garantía para no encontrarse con desagradables sorpresas al comprar un vehículo de segunda mano.
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